A esta edad, las niñas son mucho más maduras que los niños. Dedican casi el mismo tiempo a hablar que a jugar. Se fijan mucho en la ropa que visten, aparece la amiga íntima...
Los niños son diferentes: corren sin parar, hacen rabiar a los grupos de niñas y en el juego prefieren los grupos pequeños a las parejas.
Se compara constantemente con los demás para autoanalizarse y valorar su aceptación social.
Se va configurando su personalidad. Ya se van viendo con claridad sus cualidades y actitudes.
La autoridad de los padres deja su protagonismo para dejar espacio a la propia autoridad interna del niño que cada vez le irá guiando más en sus acciones. Necesita decidir por sí mismo cómo actuar. No le gusta que el padre reaccione con autoridad excesiva, aplicando la ley del más fuerte.
Muestra entusiasmo por las cosas y una gran cantidad de energía física, lo cual hace aconsejar la práctica de algún deporte que facilitará la descarga y el autodominio.
A esta edad el niño suele comer bien. El rechazo o la voracidad hacia la comida adoptará nuevamente un significado afectivo; será una forma de oposición a los padres. A veces, el conflicto viene de muy lejos, de los primeros años de infancia.
Tras un período de juego y de actividad "desenfrenada" es conveniente dejar unos momentos intermedios de calma antes de exigir al niño concentración para realizar alguna tarea escolar; pues la excitación de los momentos anteriores podría impedírselo. Debe haber un tiempo de recuperación de autocontrol.
Su memoria visual está más desarrollada que la auditiva; retener información oral le costará más que la información que ve escrita.
Se intentará que mantenga interés por todas las materias escolares, apoyándole ante las que muestre mayor dificultad. Esto le ayudará a disminuir o el fracaso escolar y a mantener el interés por aprender cosas nuevas.
Si se observa un cambio negativo, de fracaso escolar, en un niño que siempre ha salido exitoso, hay que intervenir de forma inmediata a través de un psicólogo infantil que analice e intervenga sobre lo que está ocurriendo, ya que esta situación podría condicionar el resto de su vida escolar.
En cuanto al desarrollo de su inteligencia, destacaríamos avances, como: - saber contar sin utilizar los dedos
- solucionar problemas matemáticos, en los que se combinen diferentes operaciones
- comprende la relación causa-efecto
- es capaz de razonar, analizar y extraer conclusiones, pero sobre hechos o cosas concretas; aún no puede hacerlo en abstractoEs importante no basar la educación del niño en el aislamiento social, sino favorecer la relación con otros niños.
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